Es poco probable que el videoclip ruso, como ocurre con la inmensa mayoría del cine que se hace en Rusia, traspase sus fronteras o las de su extranjero cercano. Sin embargo, es una industria que se ha adaptado perfectamente a las nuevas realidades digitales (plataformas musicales, redes sociales y dispositivos móviles), resultando que en algunas ocasiones dicta sus leyes en estas plataformas.