«Con la anexión de Crimea al territorio ruso, ratificada por Putin el 18 de marzo, y las sanciones decretadas contra el Kremlin, la crisis ucrania ha tomado las dimensiones de un seísmo geopolítico. Comprender este conflicto implica integrar los puntos de vista divergentes de todos los actores. Pero, en las cancillerías occidentales, las proclamas morales suplantan a menudo al análisis.» [L’obsession antirusse, Le Monde diplomatique, abril de 2014.]