En el ránking de competitividad, elaborado por el Foro Económico Mundial de Davos, Rusia empeoró su posición cayendo tres puestos, al puesto 66. La situación sólo mejoró en dos indicadores: el clima macroeconómico y el nivel tecnológico. Con todo, si no hubiera sido por la mejora de la situación macroeconómica, el país hubiera caído más bajo.